1 de septiembre de 2011

Yasas desde el paraíso




El mito del paraíso suele asociarse con tener que cruzar el charco. Pues romperé una lanza a favor del mediterráneo. Se sabe que este es agradable, con sus pueblos en puro blanco y salpicados de azul. Pero hay pequeños rincones aún más paradisiacos de lo que cabe imaginar y, a la vuelta de la esquina!



Grecia es sin duda un país de contraste cultural, mezcla de Europa con Medio Oriente. Todo ello se palpa en su gente, sus productos y, sobretodo en su gastronomía. Su famosa ensalada griega, siempre refrescante, nunca cansa. Su estupendo vino blanco, las jugosas olivas negras y, en consecuencia, un excelente aceite de oliva y, como no, su queso de feta: en versión cremosa, curado o con aceite y orégano; riquísimo!



Pero pasemos a cosas más interesantes. Dejando atrás la capital, Atenas, su famoso barrio de Plaka repleto de restaurantes y tiendas con ofertas increíbles y, tras visitar la Acrópolis (bajo un sol demoledor en agosto) nos encaminamos en ferry a las islas Cycladas!



Sin duda, Mykonos y Santorini son las más conocidas. Pero hay otros muchos rincones por descubrir en las docenas de islas que componen el archipiélago. Santorini, sin duda, es hermosa e idílica, como Menorca o Cadaqués pero en Grecia. El mismo glamour, buena comida, estupendas playas y, por desgracia, también mismos precios. Santorini es una de las islas más caras de Grecia; no por ello, no ánimo a pasar unos días ídilicos en esta contemplando su famosísima puesta de sol en Oia.



Nuestro siguiente paso en el camino, la isla de Naxos. De superficie mayor que Santorini pero ni la mitad de ‘explotada’. Mucho menos turística, apenas si tienes algún pueblo grande además de la capital, donde se sitúa el puerto. Os recomiendo alquilar un quad y perderos en el corazón de la isla. Paisaje desértico de roca, viento refrescante en la cara y magníficas puestas de sol. Las playas, son sin duda lo mejor. Agua cristalina, color turquesa, fina arena blanca y una suave brisa que recorre la isla. Si te alejas lo suficiente de los pueblos, puedes encontrar calas exclusivas solo para ti. De aquellas por las que la gente suele pagar fortunas por esta exclusividad!



Y para terminar este viaje de desconexión y relax, un nuevo ferry bien cortito hasta una de las islas más desconocidas, Koufonissia. Probablemente por ser minúscula, apenas tiene 3km de diámetro. Imaginaos, casitas en blanco y azul (ese azul auténtico violáceo tan griego), apenas el pequeño pueblo donde amarra el ferry, que es el único núcleo de gente de la isla, y pasar el día recorriendola en una bici alquilada, llegar al otro lado y acampar en una playa semidesértica, con el agua tan clara que ves el fondo desde fuera. Jugar a palas, perderse flotando en el agua haciendo snorkel mientras contemplas docenas de peces de colores, caracoles de mar y erizos en las rocas. Comer un pescado más que fresco y saborearlo con una buena copa de vino blanco y, para terminar el día, cena a la luz de una vela mirando al mar, saboreando la deliciosa gastronomía típica de Grecia y de una agradable conversación. Y porque no, terminar la velada con un cóctel en una terraza colgada sobre el mar, prácticamente a oscuras, solo con la luz de la luna alumbrando el mar frente a ti.



Por suerte, diría que las islas griegas son aún un tesoro por descubrir. Un sitio idóneo para una luna de miel, unas relajantes vacaciones o, porque no, una hermosa e íntima boda sobre la fina arena blanca y frente al color turquesa del mar…



Beatriz H
Responsable de Diseño Gráfico y Decoración
Ksual Events


1 comentario:

  1. una pregunta?? lo de una íntima boda sobre la fina arena blanca no será que te has casado y no has invitado a las nenes!!!

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